terça-feira, outubro 26, 2010

La poesía venezolana estaría incompleta sin el Chino Valera Mora

Caracas, 27 Sep. AVN .- Para el poeta José Jesús Villa Pelayo, de la Red Nacional de Escritores, este es el momento político para reivindicar la poesía del Víctor “El Chino” Valera Mora conocida por su verbo rebelde y sus versos dedicados al amor.

Cuando se cumplen 75 años de nacimiento de El Chino, Villa Pelayo dice que los versos del poeta tachirense no deben faltar en ninguna antología:

“Es un poeta profundamente vital, no solamente del corazón sino también de la piel. Tiene una rudeza casi contradictoria. Tenía ese lado fuerte, pero ese otro lado muy sensible, conocía perfectamente bien al ser humano”.

“Sin la poesía de Valera Mora, la poesía venezolana estaría fundamentalmente incompleta”, expresó. Esta afirmación es compartida por el poeta Luis Felipe Bellorín, autor de La metáfora del Silencio, quien considera que El Chino marcó una pauta en la historia de la poesía en Venezuela.

La poeta Libeslay Bermúdez afirmó que El Chino Valera Mora, para los poetas venezolanos, es una importante referencia. “Ha sido una gran escuela”.

“El Chino da la apertura para que la poesía comenzara a decir cosas que no se había atrevido a decir, y se apropia del lenguaje cotidiano, muestra a la ciudad que era algo muy poco trabajado por la poesía. Nos trae el sentido de la lucha a través de la poesía, aunque definitivamente su gran tema es el amor”, apuntó Bermúdez.

Además, destacó las “imágenes destellantes” que lanzaba El Chino en sus versos, quien reflejó la incorfomidad social que se vivía, así como el ser humano, el ser en una ciudad, en una condición de búsqueda de cosas nuevas, de rebeldía.

“Hasta cuándo seguir gritando/ que jamás abandonaré mi capa de insurgente/ Hasta cuándo si desde siempre/ mis cartas están sobre la mesa”, dice El Chino en un poema.

La autora de Temas sobre papel, Los regalos que nunca te di e Insectos en el paraíso dijo que para la época en que escribió Valera Mora había incorfomidad social.

Al respecto, Luis Felipe Bellorín expresó que de allí está la chispa de la poesía de El Chino: “Es poesía contestataria. En ese momento, años 60, hay guerrilla en Venezuela. Veníamos de la dictadura perejimenizta y llegamos a una democracia representativa en la que Rómulo Betancourt y Raúl Leoni montan los teatros de operaciones, de tortura. Allí surge una poesía guerrillera, una poesía revolucionaria”, ilustró.

Pese a que aquella época quedó atrás, el verso de El Chino se recuerda, se lee y se vive, porque para muchos la lucha contra el sistema capitalista no ha acabado: “Vivimos en una sociedad capitalista y él canta en contra de esas contradicciones, habla de un ser nuevo, recita una poesía al amor de ese ser nuevo”, dijo Bellorín.

Los poemas Oficio Puro y Amanecí de Bala afloran en el recuerdo de Lisbelay Bermúdez. A este último lo califica como una gran metáfora de la ciudad, pero también de la política, y del hombre bohemio; del primero simplemente recita un fragmento:

"Cómo camina una mujer que recién ha hecho el amor/En qué piensa una mujer que recién ha hecho el amor/ Cómo ve el rostro de los demás y los demás cómo ven el rostro de ella/De qué color es la piel de una mujer que recién ha hecho el amor/De qué modo se sienta una mujer que recién ha hecho el amor".

Este poema sonará en la voz del cantante José Augusto Quintero, este jueves 30 de septiembre, a las 2:00 de la tarde, en la Fundación Casa Nacional de las Letras Andrés Bello, con el ritmo del son cubano, bossa nova y jazz.

Asimismo, Quintero le pondrá música a El amor loco, con arreglos de country; Anunciación, al estilo del son cubano; además de Maravilloso país en movimiento con acordes también de bossa nova y son cubano y, por último, Vuelo de cetrería, poema que adaptó al género de la gaita, el merengue caraqueño y la onda nueva.

FONTE: Agencia Venezolana de Noticias

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