Viernes, 24-04-09
POR M. MOREIRA
VALENCIA. Para la presentación de «Ánima mía» en su tierra natal, Carlos Marzal se hizo acompañar ayer de Francisco Brines, su más directo maestro. Para el veterano poeta valenciano -al que Marzal quiere «como a un padre» y con el que se divierte «como con un amigote»-, la poesía de su discípulo (al que no quiere considerar como tal) es «tan apasionada como abundante en matices y pensamiento vigoroso y lleno de temblor». Con palabras de atento lector, Brines citó los puntos coincidentes de Marzal con los versos de Lope de Vega, con los de la corriente luterana y la escuela barroca.
En «Ánima Mía» se confirma la definitiva evolución del autor de «El último de la fiesta» desde lo elegíaco a la celebración de la vida. Del lamento a la plenitud que sigue a la felicidad. Marzal -entre cuyos muchos méritos figura la obtención del Premio Nacional de Poesía del año 2002 y el prestigioso Premio Loewe- recitó ante un abarrotado foro en la FNAC de Valencia varios de los poemas contenidos en este último libro. Uno de ellos dedicado a sus hijos, otro al propio Francisco Brines, al escritor y amigo Luis Landero, y a su mujer.
El «deslumbramiento por la vida» y la adicción a la poesía («que para mí es lo más útil de la Tierra») es en definitiva el protagonista de este pequeño poemario, al que han precedido otras obras como «Fuera de mí», «Los países nocturnos», «Metales pesados», «El corazón perplejo» y la novela «Los reinos de la casualidad».
POR M. MOREIRA
VALENCIA. Para la presentación de «Ánima mía» en su tierra natal, Carlos Marzal se hizo acompañar ayer de Francisco Brines, su más directo maestro. Para el veterano poeta valenciano -al que Marzal quiere «como a un padre» y con el que se divierte «como con un amigote»-, la poesía de su discípulo (al que no quiere considerar como tal) es «tan apasionada como abundante en matices y pensamiento vigoroso y lleno de temblor». Con palabras de atento lector, Brines citó los puntos coincidentes de Marzal con los versos de Lope de Vega, con los de la corriente luterana y la escuela barroca.
Exaltación de la vida
En «Ánima Mía» se confirma la definitiva evolución del autor de «El último de la fiesta» desde lo elegíaco a la celebración de la vida. Del lamento a la plenitud que sigue a la felicidad. Marzal -entre cuyos muchos méritos figura la obtención del Premio Nacional de Poesía del año 2002 y el prestigioso Premio Loewe- recitó ante un abarrotado foro en la FNAC de Valencia varios de los poemas contenidos en este último libro. Uno de ellos dedicado a sus hijos, otro al propio Francisco Brines, al escritor y amigo Luis Landero, y a su mujer.
El «deslumbramiento por la vida» y la adicción a la poesía («que para mí es lo más útil de la Tierra») es en definitiva el protagonista de este pequeño poemario, al que han precedido otras obras como «Fuera de mí», «Los países nocturnos», «Metales pesados», «El corazón perplejo» y la novela «Los reinos de la casualidad».
FONTE: ABC.es - Madrid,Madrid,Spain
IMAGEM: Anima Una by Cecile Lensen
in http://www.epilogue.net/
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"El «deslumbramiento por la vida» y la adicción a la poesía («que para mí es lo más útil de la Tierra»)"
ResponderExcluirSábias e belas palvras... sou suspeito...
Obrigado pelas suas visitas ao meu blog.
Kandandu