terça-feira, março 25, 2008

La paloma de vuelo popular


La paloma de vuelo popular

Por Jesús Sama Pacheco

[24.03.2008]- Actualización 11:30 am de Cuba
Los grandes seres, como los grandes acontecimientos y documentos de la historia, corren casi siempre el mismo riesgo que Dios, que de tan citados –y no siempre debidamente frecuentados–, se convierten en una especie de slogan, astro distante, o faro del que sabemos emite una luz guiadora, pero pocas veces analizamos a profundidad para saber las tribulaciones y angustias del farolero, ni conocemos los peldaños que a diario sube y baja, ni las sombras que lo rodean.

Por eso he querido brindar un acercamiento a La paloma de vuelo popular, a través de un somero bojeo en torno a los acontecimientos y periplos de Nicolás Guillén, que nos conduzcan hacia un análisis plural, profundo y justo de su obra.
Cuando a finales de diciembre de 1958 sale de las prensas de Losada el libro, ya Nicolás Guillén era una personalidad de talla universal. Los sucesivos compromisos, persecuciones y un prolongado exilio, unidos al reconocimiento a su obra, lo habían convertido en un gran viajero, invitado a múltiples e importantes eventos, recitales, agasajos, encuentros, en numerosos países de América, Europa, África y Asia.
Además del impacto de sus libros anteriores, la Editorial Losada había publicado sus obras completas en 1952. En 1955 se publican en Moscú 150 000 ejemplares de su poesía. Sus versos eran ya conocidos en varios idiomas y su obra periodística, tan prolifera como su quehacer poético, había trascendido el ámbito nacional desde la década del ‘40.
Como escritor, como ciudadano, como hombre de pensamiento, Guillén se había convertido, sin proponérselo, en una especie de embajador no gubernamental de Cuba en el mundo. Decir Guillén, era decir Cuba. Una obra ya madura, sólida, unida en palabras y acción a un ideario humanista, revolucionario, consecuente, lo identificaban con lo más auténtico y valioso de la nación.
Recuerden que aún sin triunfar la Revolución, en 1954, se le otorgó el Premio Internacional Lenin de la Paz. Ya en 1947 había sido declarado Huésped de Honor de la Cámara Municipal de Río, en Brasil. En 1945 había sido designado miembro correspondiente de la Asociación de Escritores Venezolanos. Y tanto en países de
América, como en Europa, además de China, Mongolia y la India, había participado en importantes eventos literarios y sociales, relacionados con la paz, la juventud y otros temas y acciones asociados a los grandes compromisos de los intelectuales y artistas por un mundo mejor, desde la década del ‘30 en que participa junto a otros intelectuales cubanos y latinoamericanos en la contienda civil española.
Coincidentemente, Guillén comienza a trabajar en este libro un mes antes del asalto al cuartel Moncada. Trabaja intensamente en el mismo durante varias semanas que pasa en el castillo de Budmerice, Casa de los Escritores Checos, en Bratislava, durante el mes de diciembre de 1957. Y sale de las prensas de Losada, en Argentina, el 28 de diciembre de 1958. (Lo había entregado a su editor el 31 de julio de ese año).
A mi manera de ver las cosas, diría, por un lado, que La paloma de vuelo popular sale a la luz en un mal momento, ya que un acontecimiento como fue el triunfo de la Revolución cubana, cuatro días después de la salida del libro, absorbía toda la atención. Por otra parte, diría que este libro no tuvo un momento más oportuno para su publicación.
Y es que La paloma de vuelo popular encierra en su contenido parte fundamental del ideario y la acción de la Revolución triunfante. En el se aprecia la esencia antiimperialista, la solidaridad, el reconocimiento a la dignidad del ser humano, a sus triunfos en las diversas disciplinas y labores, el amor, la armonía, la preocupación por una sociedad mejor y otros aspectos en un contenido que perdería su autenticidad y frescura de no haber sido publicado el libro en su momento.
Desde el primer poema, Arte poética, saltan a la vista tres aspectos fundamentales: la denuncia, la premonición sobre un tiempo mejor, aludiendo a la llegada de un nuevo Sol, y esa manera tan suya de expresar los contenidos ajustando lenguaje y forma, según el tema tratado; pudiéndose, en unos casos, apreciar la ironía, la gracia, la burla, o la expresión más alta de la más perfilada lírica.
En cuanto al contenido, es fácil ver que el libro está compuesto por poemas circunstanciales y poemas de indiscutible trascendencia en el tiempo. No podría ser de otra manera. Un poeta de la talla y afiliación de Nicolás Guillén no se permitiría el lujo de la pasividad o la evasión ante los problemas cruciales de su época. Precisamente, su actitud combativa y su maestría literaria son dos de los aspectos que lo sitúan en la cumbre de la poesía y la dignidad desde aquellos tiempos en que Cuba era apenas una mancha de tierra en las turbulentas aguas de un Golfo, también desconocido para muchos en el mundo.
En cuanto a la forma, todos sabemos que Guillén gustaba de la diversidad de estrofas, de hacer el verso libre y trabajar con la rima y las diversas métricas. El libro es precisamente eso, un ajiaco también desde ese punto de vista. Como en casi todos sus libros, la unidad está en su estilo, en esa manera especial de hacer la poesía, en esa característica tan suya de apoderarse del lenguaje y como un mago ir sacando de su sombrero las palabras y frases más ocurrentes, los giros más inesperados, hasta conformar esos poemas que lo distinguen y lo distinguirán por siempre.
La paloma de vuelo popular es un libro a la medida de las vivencias y trascendencia de su autor. Es un libro, además de muy cubano, caribeño y latinoamericano, un libro cosmopolita que toca la sensibilidad del lector en varios continentes. Es un libro para meditar, pero también recrea; porque contiene esa sustancia múltiple, pluricromática, que hace de la poesía de Nicolás Guillén una fiesta colmada de sabiduría, erudición y exactitud.
En el libro aparecen algunos de los poemas leídos, declamados, escenificados y cantados por varias generaciones de cubanos a lo largo de estos 50 años transcurridos desde su publicación. Tales como Un largo lagarto verde, La muralla, Canción puertorriqueña y otros relacionados con esas inquietudes eternas en el ser humano, como es el amor, la amistad y la añoranza, entre otros temas capitales que registran sus páginas.
Finalmente, quisiera expresar, a riesgo de no coincidir con los especialistas—ya que no lo soy—, que este libro marca el cierre de una etapa con la que Guillén se gana muchos de los méritos y reconocimientos que le fueran otorgados después. No se trata de un poeta montado en el carro de la Revolución, sino de un poeta y de un hombre que desde sus inicios llevaba en sus palabras y acciones el germen del futuro. Y es La paloma de vuelo popular parte de la divisa con que el poeta se ganó un puesto de honor en la literatura universal, en el pecho de la Patria y en los corazones que laten por la poesía, el amor y la dignidad en el Universo.

FONTE (photo include): El Habanero - Habana,Cuba

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