Ana Carrascosa: La madurez de una campeona Redacción NOSTRESPORT.COM
El tiempo pesa como una losa en la carrera de un deportista de alto nivel. Es una auténtica lucha contra el reloj biológico. Hay que aguantar, caer y volver a levantarse. Rearmarse de paciencia y apretar los dientes para alcanzar el sueño una vez soñado. Ese al que sólo algunos aspiran. Ese que sólo unos pocos alcanzan.
Si alguien, hace poco más de un año, hubiese preguntado a la judoka valenciana Ana Carrascosa por su mejor resultado internacional, posiblemente habría recibido por respuesta: “El subcampeonato de Europa Sénior en el año 2002”. Y no es poca cosa rozar el título de campeona continental en aquel Europeo de Maribor ya lejano. Pero muchas cosas han cambiado desde esa plata lograda en Eslovenia y el mismo metal obtenido por la valenciana durante el pasado campeonato de Europa celebrado en Tbilisi, Georgia, el pasado mes de abril.
Fundamentalmente, lo que ha ocurrido en esos siete años que distan de una medalla a otra es que Ana se ha ido acercando, con mucho trabajo, a un punto de enorme madurez competitiva sobre el tatami. Un punto que ya es imparable y que le permitió hacerse con el título de campeona de Europa en la edición de 2008, en Lisboa.
La vimos llorar de impotencia y de rabia. Y muchos españoles se emocionaron ante el coraje que demostró en los Juegos de Pekín, cuando una lamentable lesión acaecida en su camino al pódium frenaba el paso a la soñada medalla olímpica. Luchó hasta el final, aun cuando su cuerpo ya no lo permitía. El diploma olímpico le supo a poco y despertó de aquel mal sueño pensando en una rápida recuperación. Pensando en Londres, pensando en 2012. El judo enseña a aprovechar lo mejor de cada circunstancia y aquella lesión de Pekín ha permitido que Ana crezca como deportista y se haga más fuerte.
El mundial espera en RotterdamEl pasado 24 de abril, la deportista del Judokan saltó a los tatamis de Tbilisi con el peso de ostentar la corona de reina del judo europeo. Ya había puesto a prueba su estado de recuperación física alzándose con la medalla de bronce en la World Cup de Sofía y el quinto puesto obtenido en el Grand Slam de París y el Grand Prix de Hamburgo. “La mañana de la competición de Georgia tuve sensaciones muy buenas desde que me levanté –asegura la valenciana-, tenía ganas de poder plasmar el buen trabajo que llevo haciendo y llegaba el momento por el que había estado entrenando cada mañana y cada tarde”.
Por la mañana, el cuadro de eliminatorias la enfrentó a la albanesa Majlinda Kelmendi y, posteriormente, a la ucraniana Olha Sulkha, de las que se deshizo sin ningún problema. En semifinales le esperaba la eslovena Petra Mareks a la que marcó waza-ari y supo aguantar perfectamente durante el resto del encuentro. “Afronté cada combate muy centrada en lo que tenía que hacer, sin presión, tan sólo con las herramientas necesarias para darlo todo y con ganas de disfrutar”.
El combate por la medalla de oro fue un larguísimo duelo entre la valenciana y la rusa Natalia Kuzyutina. Finalmente el combate se decantó del lado de la rusa, con un ippon un poco dudoso, impidiendo a la valenciana revalidar el título de campeona continental de 52 kg.“En la final –cuenta Carrascosa-, tras casi 7 minutos en los que creo que llegué a marcar un yuko, llegamos a una acción un tanto polémica, uno de los jueces de esquina lo anuló pero los otros no, y ahí queda el debate de si fue o no ippon”. Al final, alegría por la medalla de plata ganada, y tristeza por el oro perdido. las dos caras de la misma moneda. Las dos caras de distintas medallas.
Después de un merecido descanso, la del Judokan afrontará las próximas citas internacionales, el Grand Prix de Moscú y la World Cup de Madrid, con gran ilusión y sed de pódium. Al final le espera, el próximo 27 de agosto, el impresionante escenario Ahoy de Rotterdam donde tendrá cita el Campeonato del Mundo 2009, su gran reto de la temporada.
Si alguien, hace poco más de un año, hubiese preguntado a la judoka valenciana Ana Carrascosa por su mejor resultado internacional, posiblemente habría recibido por respuesta: “El subcampeonato de Europa Sénior en el año 2002”. Y no es poca cosa rozar el título de campeona continental en aquel Europeo de Maribor ya lejano. Pero muchas cosas han cambiado desde esa plata lograda en Eslovenia y el mismo metal obtenido por la valenciana durante el pasado campeonato de Europa celebrado en Tbilisi, Georgia, el pasado mes de abril.
Fundamentalmente, lo que ha ocurrido en esos siete años que distan de una medalla a otra es que Ana se ha ido acercando, con mucho trabajo, a un punto de enorme madurez competitiva sobre el tatami. Un punto que ya es imparable y que le permitió hacerse con el título de campeona de Europa en la edición de 2008, en Lisboa.
La vimos llorar de impotencia y de rabia. Y muchos españoles se emocionaron ante el coraje que demostró en los Juegos de Pekín, cuando una lamentable lesión acaecida en su camino al pódium frenaba el paso a la soñada medalla olímpica. Luchó hasta el final, aun cuando su cuerpo ya no lo permitía. El diploma olímpico le supo a poco y despertó de aquel mal sueño pensando en una rápida recuperación. Pensando en Londres, pensando en 2012. El judo enseña a aprovechar lo mejor de cada circunstancia y aquella lesión de Pekín ha permitido que Ana crezca como deportista y se haga más fuerte.
El mundial espera en RotterdamEl pasado 24 de abril, la deportista del Judokan saltó a los tatamis de Tbilisi con el peso de ostentar la corona de reina del judo europeo. Ya había puesto a prueba su estado de recuperación física alzándose con la medalla de bronce en la World Cup de Sofía y el quinto puesto obtenido en el Grand Slam de París y el Grand Prix de Hamburgo. “La mañana de la competición de Georgia tuve sensaciones muy buenas desde que me levanté –asegura la valenciana-, tenía ganas de poder plasmar el buen trabajo que llevo haciendo y llegaba el momento por el que había estado entrenando cada mañana y cada tarde”.
Por la mañana, el cuadro de eliminatorias la enfrentó a la albanesa Majlinda Kelmendi y, posteriormente, a la ucraniana Olha Sulkha, de las que se deshizo sin ningún problema. En semifinales le esperaba la eslovena Petra Mareks a la que marcó waza-ari y supo aguantar perfectamente durante el resto del encuentro. “Afronté cada combate muy centrada en lo que tenía que hacer, sin presión, tan sólo con las herramientas necesarias para darlo todo y con ganas de disfrutar”.
El combate por la medalla de oro fue un larguísimo duelo entre la valenciana y la rusa Natalia Kuzyutina. Finalmente el combate se decantó del lado de la rusa, con un ippon un poco dudoso, impidiendo a la valenciana revalidar el título de campeona continental de 52 kg.“En la final –cuenta Carrascosa-, tras casi 7 minutos en los que creo que llegué a marcar un yuko, llegamos a una acción un tanto polémica, uno de los jueces de esquina lo anuló pero los otros no, y ahí queda el debate de si fue o no ippon”. Al final, alegría por la medalla de plata ganada, y tristeza por el oro perdido. las dos caras de la misma moneda. Las dos caras de distintas medallas.
Después de un merecido descanso, la del Judokan afrontará las próximas citas internacionales, el Grand Prix de Moscú y la World Cup de Madrid, con gran ilusión y sed de pódium. Al final le espera, el próximo 27 de agosto, el impresionante escenario Ahoy de Rotterdam donde tendrá cita el Campeonato del Mundo 2009, su gran reto de la temporada.
FONTE (foto incluída): Nostresport - Valencia,Spain
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