sábado, fevereiro 14, 2009

Julia Leigh rompe un silencio de nueve años con la novela 'Inquietud'


ENTREVISTA
Julia Leigh rompe un silencio de nueve años con la novela 'Inquietud'

Actualizado viernes 13/02/2009 12:17 (CET)

ÁLVARO COLOMER
Hace nueve años, Julia Leigh (Sydney, 1970) se convirtió en una de las promesas más jóvenes de la literatura mundial. Su novela 'El cazador' (Ed. Tropismos) mereció que el periódico británico 'The Observer' la considerara una de los '21 escritores para el siglo XXI'. Además, Toni Morrison la apadrinó durante todo un año al amparo de 'The Rolex Mentor and Protégé Arts Initiative'. Pero luego llegó el silencio. Un silencio de nueve años que al fin rompe con 'Inquietud' (Ed. Mondadori), una novela breve en la que la australiana parece haberle robado la voz al mismísimo J.M. Coetzee para narrar una historia dura, tremendamente dura, sobre una mujer que, tras 12 años conviviendo con un déspota, regresa al castillo francés donde pasó su infancia. Al mismo lugar llegará también su cuñada, quien trae bajo el brazo el cadáver del bebé que acaba de dar a luz. Así pues, una novela dura, intensa y algo gótica.
Tu novela es dura, francamente dura. ¿Por qué has optado por contar una historia tan triste con un tono poético?
En esta historia, donde los personajes no pueden luchar contra sus circunstancias y donde además esos mismos personajes guardan secretos, resultaba muy útil ocultar cosas a través del lenguaje. Si mis personajes fueran charlatanes o si la familia se hubiera reunido para una celebración, hubiera elegido una voz más autoritaria. Además, la historia transcurre entre jardines artificiales, de modo que el lenguaje empleado también pretende mostrar el artificio y la austeridad de estos lugares. Por así decirlo, mostrar el formalismo silencioso de esos jardines.
La novela también explica la importancia de la maternidad en el universo femenino. ¿Por qué te interesaba tanto enseñar este aspecto?
Normalmente esperamos que todo padre o madre adquiera un compromiso con la vida, un compromiso que le obligue a mantenerse vivo. Sin embargo, mi protagonista deambula por la obra como anticipando su propia muerte. Es el embrujo de la muerte. En cierto modo, ella se está preparando para dejar a sus hijos porque los ha repudiado. Pero la novela muestra otra faceta de la maternidad al explicar la relación de la protagonista con su propia madre, un vínculo en verdad duradero. Así pues, muestro a la protagonista desde las dos vertientes: como madre y como hija.
Tanto en tu primera novela, 'El cazador', como en ésta muestras personajes que viven un auténtico caos emocional provocado por los problemas con sus familias. Parece que estás tratando de encontrar la esencia de la nueva familia del siglo XXI.

Durante todo el proceso de escritura estuve guiada por un epígrafe que me hacía de talismán: 'Con mi mano quemada escribo sobre la naturaleza del fuego'. Proviene de 'Malina', de Ingeborg Bachmann, pero es una paráfrasis de Flaubert. Así pues, yo misma provengo de un lugar en el que reina un 'sentimiento intenso'.
¿Estás de acuerdo con la gente que dice que has escrito una novela gótica?

Desde un principio imaginé esta historia como un cuento contemporáneo. No tengo un interés particular en la tradición de la literatura gótica, pero puedo entender por qué la gente encasilla 'Inquietud' en ese género. Es cierto que en el castillo francés donde todo ocurre hay un ambiente como de otro mundo. Es como si hubiera un extraño sentido del tiempo o de la falta de tiempo. Además, tanto la protagonista como sus hijos van desacompasados en sus horas de sueño y de vigilia por culpa del jet-lag. Por otra parte, la protagonista se balancea en un espacio limitado entre la vida y la muerte, que está fuera del concepto habitual de tiempo. Por último, en la novela hay otro hecho que altera el concepto de tiempo: la necesidad de enterrar el cadáver del bebé con cierta urgencia. Pero, como no saben dónde enterrarlo, la sensación de urgencia se hace aún más angustiosa.
Toni Morrison fue tu mentora durante un año. ¿Podrías explicarnos en qué consistió esta especie de apadrinamiento?

Que Toni Morrison fuera mi mentora siempre me pareció una cosa harto improbable. Acudí a su lado sin ninguna expectativa, pensando que en realidad nunca estableceríamos ninguna relación. Tanto Toni como yo teníamos muy claro que un escritor debe trabajar en soledad. Sin embargo, fue ella quien me alentó a continuar con mi vida como escritora. Además, aprendí mucho observando su modo de actuar como escritora-en-el-mundo. Pero Toni no tuvo influencia en 'Inquietud', porque el proyecto que traté de tirar adelante a su lado era otro. Esta novela nació en la sombra, como a espaldas del apadrinamiento, como si la hubiera escrito con la mano izquierda mientras la derecha hacía otra cosa.
FONTE (foto incluída): elmundo.es - Madrid,Madrid,Spain

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