segunda-feira, outubro 29, 2007

El escritor que puede llevar la poesía en sus bolsillos


El escritor que puede llevar la poesía en sus bolsillos
El poeta caraqueño es afable y descomplicado aunque lleva 25 años en la TV, rodeado de divos. Lo que nació como un proyecto radial de entrevistar a personajes a quienes es imposible ignorar, se convirtió en un libro, cuyo segundo tomo acaba de salir al mercado


CARACAS.- “Yo he reincidido en el amor y sus fogajes, en los Beatles y Miles Davis, en el viejo Onetti o Cortázar, en las resacas de los sábados, en las torpezas de la cédula, en las hamburguesas rápidas y hasta en el optimismo, entonces, ¿por qué no reincidir en un experimento que me ha denotado jornadas memorables con personajes sin desperdicio?”.

Una pregunta que quizás el poeta Leonardo Padrón se formuló mientras caminaba por las riberas del Guaire, contemplaba el Ávila o disfrutaba de un atardecer; ahora develada en el preludio de su más reciente libro, “Los Imposibles 2. Conversaciones al borde de un micrófono”, bautizado hace pocas semanas por el sello Aguilar de Editorial Santillana.

Una excusa para preguntarle sobre sus 20 nuevos encuentros con “seres particulares de talento irrebatible”. Una excusa, que permitió descubrir a otro de los suyos: Él mismo.

Llega a un café con un libro en la mano, rizos blancos que triunfan sobre los grises y sus ojos despiertos y a ratos tristes. Busca paciente una silla, un lugar donde conversar, le cierran el paso “por arreglo o remodelación” pero, a pesar de esto, no pierde su sonrisa. Se sienta en otra esquina, ordena agua mineral, escucha atento las preguntas y se ríe con soltura.

-¿Qué motiva a un poeta a ejercer el periodismo?

- No intento ejercer el periodismo, enfrento estas entrevistas desde los ojos de un escritor, como un activista de la curiosidad. Toda la vida he asumido personajes, ellos no existían en el blanco del papel y yo hacía que aparecieran, ahora los busco de carne y hueso. Hubo un guionista que ya los escribió, no sé si Dios, el destino o ellos mismos.

-¿A dónde va la poesía mientras está frente al micrófono?

-Habría que preguntar dónde están los poemas, porque uno tiene a la poesía metida en los bolsillos, en la manera de asumir la vida, de procesar la calidez o la miseria humana o al deambular por los caminos torcidos y los rectos. Sin embargo, en el programa radial hay un segmento llamado “Retrato de un Imposible” donde a veces cometo el acto reflejo de la poesía, incluso al formular ciertas preguntas, para que no resulten incómodas o impertinentes de repente le pido ayuda a la poesía.

-¿Cómo es el proceso de selección de los entrevistados?

Hago una mezcla de venezolanos y extranjeros. Nuestro país tiene un buen costal de personajes imposibles de ignorar, además me reconcilio con mi país Venezuela cuando los entrevisto y siento que siguen habiendo muchísimas reservas creativas y espirituales para seguir apostando a este mapa.

- ¿Cuál es la lista de requisitos para llegar a ser un “Imposible” de Padrón?

- Le tengo alergias a las listas a partir de Tascón -comenta, mientras sigue riéndose con picardía-. Básicamente es la gente imposible de dejar de entrevistar, por su hoja de vida, o trayectoria. Por ejemplo, Gustavo Dudamel, es muy joven, pero su precocidad es digna de celebrar y explorar a través de un interrogatorio.Padrón asegura que no se apoya en libros de géneros periodísticos pero tampoco los desecha, y revela que mucha de su base como entrevistador se la debe a autores como Truman Capote u Oriana Fallaci. Sin embargo, su gran secreto es recordar lo ingrato o supremamente dichoso que ha sido cuando lo han entrevistado. “Me digo que no voy a cometer los errores que han cometido conmigo. Me aventuro en un sello personal en función de ser auténtico conmigo mismo”.

-¿Cuál de las entrevistas es la que más le agrada?

Sería un exabrupto poner a una sola como la mejor. Tengo mis favoritas: Miguel Bosé, Laura Restrepo, Samper y del libro de la segunda temporada, la de Facundo Cabral, César Miguel Rondón... Me gusta la de Hebe de Bonafini por polémica, la de Savater por su sabiduría, la de Montejo porque es muy afín a mis territorios. Le hice una a Jorge Drexler, que me gustó mucho y la de José Vicente Rangel, una prueba de fuego interesantísima para mí.

“Cuando entrevisté a Rangel supe de gente que cambió de emisora. Yo me he encontrado con argumentos durísimos de aceptar y de tolerar, pero me mantengo en la cuerda floja de la ecuanimidad, porque no me puedo permitir tomar posición. Estoy allí para dejar que el personaje hable y que exude sus propias contradicciones o la vehemencia de sus argumentos, equivocados o no”.

Más allá de los medios

De su vida personal no ofrece detalles, sólo apunta que la palabra enamorado tiene tal carga de vehemencia y de vida, que vale la pena ejercerla. Y así, entre silencios y pausas, confiesa que quizás en una época fue “tremendo, alborotado y fogoso” y que ahora, aunque sigue siéndolo, sólo va en una sola dirección. “Estoy felizmente enamorado y estacionado en los ojos de una mujer. Ahí puse mi carpa y allí me quedo”.

Asegura que su vida puede ser cualquier cosa menos aburrida y que se hizo escritor para no ser soldado de horarios ni rutinas. Salpica sus días con instantes novedosos: entra a un cine si le provoca, lee un libro que le agrade, abraza a sus hijos a cualquier hora del día, ama a su amada y hasta cuando siente tristeza “la goza”, porque a su entender, ella le ha obsequiado estadios reflexivos y de ella han surgido varios libros.

Le gusta la película “When Harry meets Sally”, por ser original y estar escrita con envidiable humor. Aunque no tiene autor preferido se intuye cercano a Juan Carlos Onetti. “Creo que soy familia de su melancolía y pienso que todo poeta tiene un triste en el fondo de los ojos”. Un triste que le pregunta acuciosamente: “¿para qué estás aquí, hasta cuándo estarás, lo haces bien, te pesa la soledad, estás contento con la imagen que te devuelve el espejo?”. Un Triste, con quien habla y quien lo hace escribir.

Fiel a una urbe

Padrón quiere a Caracas, con su violencia, desorden y caos. Advierte que el problema no es la ciudad sino su gente y confía en su transformación.

“Caracas es como una mujer que ha sido malquerida por mucho tiempo y terminó por responder de manera altisonante, se volvió esquizoide. Creo que puede convertirse en una ciudad del siglo XXI, como lo logró Bogotá. Obviamente tienes que desterrar a quienes la mal gerencian y restablecer el derecho a la vida”.

FONTE: El Tiempo de Venezuela - Venezuela

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